Más que en la abstinencia, las claves del sexo durante la adolescencia quizás radiquen en el contexto que lo rodea. Según un estudio, realizado a jóvenes de 12 a 18 años, las relaciones en el seno de una pareja estable suelen ser menos 'dañinas' emocionalmente que los encuentros casuales con personas más desconocidas.
Durante la pasada reunión de la Asociación Americana de Sociología, los autores del citado trabajo -Bill McCarthy, de la Universidad de California Davis y Eric Grodsky, de la Universidad de Minnesota (ambas en EEUU)- quisieron exponer y debatir sobre los pros y los contras de las relaciones sexuales de los jóvenes. Más allá de las prácticas de riesgo o de las posibilidades de embarazo, se centraron en conocer el impacto sobre el rendimiento académico.
Gracias a la información aportada por un estudio nacional sobre la salud de los adolescentes (que recopila datos de las dos últimas décadas), estos expertos pudieron demostrar su hipótesis: "El contexto en el que se produce el acto sexual modera sustancialmente la relación entre este último y la educación".
Son varios los expertos y las asociaciones estadounidenses que abogan por imponer programas de abstinencia, en lugar de educar sexualmente a los jóvenes. Una práctica que, según destacan los autores del trabajo, puede resultar dañina al cargar las relaciones sexuales de connotaciones negativas que no sólo tienen que ver con "el embarazo o el poder contraer enfermedades sino que también incluyen daños sociológicos, psicológicos y [...] morales".
En la práctica, los adolescentes que son sexualmente activos mientras están en el instituto no tienen por qué ser más polémicos o sacar peores notas. O así queda demostrado en el trabajo de McCarthy y Grodsky, en el que se relacionó el sexo con distintas variables: nota media, aspiraciones universitarias, integración escolar, castigos recibidos en el centro educativo, número de veces que se faltó a clase...
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